1.2. El proceso de modelización

La dificultad de llevar a cabo experimentos científicos que cumplan con unos criterios rigurosos y que respondan a las necesidades prácticas de la investigación sobre sistemas ambientales ha llevado a algunos investigadores a proponer una línea de estudio mediante modelos, que relajan las estrictas condiciones que debe cumplir un experimento. Un modelo es una representación abstracta de un sistema real y se recurre a ellos cuando es más fácil trabajar con una representación simplificada de la realidad que con el sistema verdadero.

Los planos de un arquitecto, el túnel de viento de un ingeniero o los gráficos de un economista son todo ellos modelos y resultan útiles cuando nos ayudan a aprender algo nuevo sobre los sistemas que representan. 

Muchos de nosotros hemos desarrollado y usado modelos sencillos, como un avión de papel, que resulta fácil de construir y nos permite probarlo, observar cómo vuela y mejorar su diseño a través de la experimentación hasta encontrar un modelo de avión cuya trayectoria de vuelo sea la esperada.

Las ideas que llevamos en nuestras mentes son representaciones simplificadas de sistemas complicados, se trata de  modelos informales que Senge2 denomina "Modelos mentales" y los describe como "suposiciones profundamente arraigadas, generalizaciones, o incluso imágenes o ideas que influyen en cómo comprendemos el mundo y cómo tomamos decisiones".

 

Si echamos un vistazo a la figura y pedimos una explicación de la situación que representa, la mayoría respondería con una teoría complicada sobre una persona escondida de la vista que está gastando una broma al orador serrando un agujero en el suelo.

Y si preguntamos por la forma del agujero la mayoría dirá que es un círculo, aunque la forma representada en la figura sea una elipse, argumentando que el dibujo está hecho con una perspectiva que altera la forma del agujero.

A través de la experimentación con modelos de simulación es posible mejorar nuestro conocimiento sobre las relaciones entre los elementos que forman los Sistemas Ambientales y buscar la forma de mejorar la trayectoria natural del sistema que analizamos. Para lograr todos estos objetivos, la construcción de un modelo debe seguir los siguientes pasos:
  1. Una definición clara de los objetivos del modelo; entre los objetivos habituales en modelización destacan: Un incremento del conocimiento acerca del sistema y comprobar los efectos de diversas actuaciones dentro del sistema.
  2. Una identificación adecuada de los elementos y procesos involucrados en el sistema a modelizar y relevantes para alcanzar los objetivos planteados.
  3. Determinación de la escala espacial y temporal más adecuadas. El concepto de escala incluye tanto la extensión del marco espacio-temporal del modelo como la resolución del mismo, es decir los intervalos espaciales y temporales en que se va a subdividir ese marco.
  4. Determinación de los flujos de materia, energía o información que se producen entre el sistema y su entorno.

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