4. Circulación global de la corriente Termohalina
Cuando las aguas cálidas superficiales de la corriente del Golfo llegan a las cercanías de Groenlandia se hunden pues, a pesar de su gran estabilidad térmica vertical, son muy salinas por lo que su densidad es mayor que la de las aguas situadas a mayor profundidad. De esta forma, se establece la corriente Termohalina que recorre el fondo de la cuenca del océano Atlántico hasta el océano Glacial Antártico, donde asciende de nuevo, se enfría hasta el punto de congelación y se hunde nuevamente en profundidad. Algunas lenguas de la corriente Termohalina fluyen en dirección Norte hasta los océanos Pacífico e Indico, donde asciende hasta zonas poco profundas formándose una corriente de aguas cálidas que fluye de nuevo hacia el Atlántico Norte atravesando el Ecuador. |
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Esta agua profunda se forma en el Atlántico Norte, pero no en el Pacífico, porque la salinidad de las aguas superficiales del Atlántico es mayor, en varios puntos porcentuales, que la de las aguas del Pacífico debido, en parte, a que la cuenca norte del océano Atlántico es mucho más estrecha que la del Pacífico. Además, La posición de las grandes cordilleras de América del Norte y Europa genera circulaciones atmosféricas que hacen que el aire que abandona la cuenca atlántica esté más húmedo que al penetrar en ella; en consecuencia, la pérdida neta de agua de superficie conduce a un exceso de salinidad. La sal confiere mayor densidad a las capas superficiales de agua; por ello, éstas descienden en el Atlántico Norte e inician un tipo global de circulación que redistribuye de manera efectiva la sal en todos los océanos del mundo. |
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Sin embargo, se trata de un mecanismo vulnerable que podría arruinarse si parte de las masas de hielo polar se derritiesen, inyectando un exceso de agua dulce en la cuenca del Atlántico Norte. Cuando estas masas de agua se hunden para formar la corriente termohalina, ceden su calor a los vientos superficiales del Oeste. La cesión de este calor a la atmósfera explica el clima anómalo, por templado, que disfruta Europa.
La corriente del Golfo transporta una cantidad enorme de calor hacia el Norte. Su temperatura es 8 ºC mayor que la de la corriente de Canarias que avanza hacia el Sur. Si la corriente termohalina se interrumpiera, la temperatura del Atlántico Norte y de Europa caería bruscamente 5 ºC o más. |
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